Nuestra pequeña india llegó a casa en agosto de 2007. Era un peluche blanco y negro. Juguetón, dulce y obediente. Sus hermanas humanas tenían entonces 15 y 18 años. La mimaron y la complacieron de todas las formas posibles.

Solía dormir un rato en cada cama, excepto en la suya. Le encantaba que le rascaran la barriga mientras dormía en el sofá.

Ella nos acompañó durante 14 años de felicidad hasta su último día. El 25 de enero de 2022 tuvimos que ponerla a dormir, ya que ya no podía caminar y tenía muchos problemas de salud.

Todavía no podemos superar nuestra tristeza de saber que ella no estará allí cuando volvamos a casa. Sin embargo, la recordamos con alegría por todos los momentos felices que compartimos con ella.

Ella estará siempre en nuestros corazones.